martes, 1 de noviembre de 2011

Gracias, Doña Guille...



Hola, Doña Guille. ¿Sabe usted que la conozco desde hace muchos años? Últimamente coincidimos en misa de 8, pero créame si le digo que me sé de memoria su historia. Recuerdo cuando salió avante de ese accidente automovilístico que casi acaba con su vida, y también, cómo se dedicó de lleno al cuidado de la parroquia y de los sacerdotes que la ayudaron, como agradecimiento a Dios por haberle dado una nueva oportunidad de vivir.

Usted no lo sabe, pero siempre me está enseñando cosas. Por ejemplo, me doy cuenta que no le importa usar la misma ropa cada domingo, ni los mismos zapatos viejos, porque sabe que lo que vale es lo que lleva dentro, en su corazón. Y cuando camina despacio y encorvada, apoyada en su bastón, me recuerda aquella frase que dice que lo que somos, es un regalo de Dios, pero que lo que hacemos con lo que somos, ese es precisamente el regalo que nosotros le hacemos a nuestro Padre del cielo.


Ser agradecido es la mejor lección que me puede dar, porque usted, Doña Guille, hace vida estas palabras.

Gracias. Dios la bendiga. Nos vemos el domingo, en misa de 8.


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Hasta mañana, si Dios quiere.


Imagen de Gino Maccanti. Gracias

domingo, 2 de octubre de 2011

Caras vemos...




Te vi a lo lejos; te paseabas entre los carros pidiendo una moneda por entretener al conductor el minuto que dura el alto. Solo una persona alargó la mano y te dio menos de lo que seguramente esperabas.

Juanito (no sé cómo te llamas pero te tengo que llamar de algún modo, disculpa), al acercarme a ti me di cuenta que pintas tu rostro como un payaso y que vistes una camiseta deslavada y pantalones percudidos, pero eso no importa, ni tampoco importa que tus malabares con tres naranjas sean perfectos. Lo que pude observar es que nadie te miró; si acaso, dos niños que te aplaudieron desde su coche y que al verlos, su madre les ordenó que voltearan a otro lado.

Aunque no lo creas, hoy, después de pasar por ese crucero tantas veces, te presté atención, y lo que es más, te llevé en mi pensamiento todo el tiempo que duró el trayecto a mi trabajo.


¿Por qué será que algunas personas piensan que eres un flojo, Juanito? Otros dicen que no quisiste estudiar, y algunos más que eres un joven sin valores esperando asaltar a la primera.

No sabemos cómo ha sido tu vida ni por qué trabajas en las calles, pero estoy segura de que me contarás todo el día que te lo pregunte. Una cosa sí te digo, es más fácil juzgarte desde dentro de un coche que pasar las horas a la intemperie, como lo haces tú, buscando juntar pa’un taquito.

Nunca mejor dicho. Caras vemos, corazones no sabemos, ¿verdad, Juan?


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Hasta mañana, si Dios quiere.


Imagen tomada de la Red. Gracias

lunes, 3 de enero de 2011

Del Oriente...


«¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?
Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo».
Mt 2,2.
Jesús ha nacido, y lo ha hecho para reinar en el corazón de todos los hombres. Ha venido a redimirnos y a que hagamos VIDA su palabra. No podemos ni debemos quedarnos para nosotros su Amor. Así como los Reyes Magos fueron a ver al Santo Niño en el pesebre, difundiendo después en sus tierras ese bendito hallazgo, también nosotros, con fe, esperanza y amor, debemos propagar la buena nueva, que es la hermandad y la paz en nuestras familias y con nuestro prójimo, sabiendo que ya no estamos solos, nunca lo hemos estado ni lo estaremos, porque Dios se hizo hombre para habitar en el corazón de cada uno de nosotros.

Que la presencia de Jesús los ilumine en este nuevo año. Se los deseo con todo mi corazón.
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Hasta mañana, si Dios quiere.
Imagen tomada de la Red. Gracias